El Cerco, en
Brujería del Cerco, hace referencia a una potente simbología con la que
trabajamos en este camino. También se puede escuchar otros términos totalmente
intercambiables con Cerco como “Brujería del Seto”.
La simbología del
Cerco tiene un doble significado en nuestro Oficio. El primero, el más fácil de
entender a primera vista y más concreto, es el de Frontera o Límite, formado
generalmente por árboles o arbustos, también a veces de piedra. Un Cerco o Seto
separa la aldea (la civilización) de lo que hay más allá (lo salvaje), lo
domestico de lo indómito. El segundo significado, más abstracto, hacer
referencia al límite entre el mundo visible y el invisible, la línea divisoria
entre este mundo y los demás.
Hedges y Hedgers
trabajamos con ambos niveles de simbolismo. Cruzamos el Cerco, para
internarnos en los Bosques de este mundo visible, para buscar conocimiento,
aprender de la naturaleza y trabajar con sus espíritus. También cruzamos el
Cerco para Volar y adentrarnos en los mundos que se encuentran entretejidos, alrededor y detrás de este, para traer la sabiduría ancestral de esos
mundos, ser uno con nuestro Bosque interior.
Podríamos
llegar entonces a una reflexión lógica. ¿Desde el Cerco trabajamos para
conseguir estar en los Mundos Invisibles? La respuesta es no, claramente. El
trabajo del practicante de la Brujería del Cerco, no es simplemente el de
cruzar de un lado a otro constantemente, sino vivir a lo largo del cerco, con
un pie a cada lado, encontrando un Equilibrio personal a lo largo de nuestro
camino, tal y como os conté en anteriores artículos y como iremos detallando en
el futuro. Esto se debe a que la diferencia entre el mundo físico y el
invisible, igual que el bosque y la aldea, no son entidades separadas, sino que
forman parte del mismo mundo, de la misma tierra. Sería un error creer que están
separados, lo que se hace en uno afectará al otro y al revés. La realidad
visible y la invisible son partes del mismo conjunto y deben permanecer en
equilibrio. Ese Equilibrio es personal y único para cada individuo.
Los
cercos, pueden ser de arbustos y árboles, de piedra o un paso más en la
elevación de nuestra consciencia, a veces son naturales, a veces artificiales,
a veces buscados y otras encontrados, pero cada uno nos ofrecerá sutiles
diferencias, todas igualmente interesantes para considerar a lo largo de
nuestro camino.
Fuentes:
Experiencia
Personal
Corvus Hedger
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